viernes, 28 de enero de 2011

Tus adioses




Tus adioses

Ayer pensé que tenia un amor, mientras las brisas del verano acariciaban tu rostro.
Cuando en las noches tibias deseaba que llegues a calmar mi helado corazón.
Pensé que tenia un amor mientras las horas pasaban en mi contra.
Los papeles donde suelo hacer bosquejos de tus parpados se deshacen entre mis dedos y
me recuerdan lo lejano que te encuentras.
Por favor ya no me hagas daño, no revivas los recuerdos del sabor del dulce veneno.
No me hagas sentir el ardor de las heridas que no pueden sanar.
Si un espacio sordo me escucha, le gritare que vuelvas a soñarme entre tus brazos, aunque
tu aspereza no se resista.
Sigo en una tierra incierta y tus cabellos siguen creciendo sin el mismo reflejo de antes.
¡ Ah lo solitaria que están mis manos con tu cuerpo alejado detrás de la puerta de tu acogedor cuarto. !
Todos tus temores, tus palabras dichas, tus adioses, ya no me estremecen.
Sigo siendo testigo de mi corazón sumiso que se deja someter todo el tiempo.
La dulce música que sonaba para ti no conquista nada del verdadero sentimiento
profundo. Y veo lo imposible que es controlar un torrente de agua despidiéndose.

Imagen y texto por A Aguirre

martes, 18 de enero de 2011

Las cenizas




Las cenizas

Ya no quisiera que me busques como lo haces.
El amoroso monstruo pretende tocarme con sus brazos
toscos y poco cuidadosos. Amenazan con acercarse malvadamente certeros.
Los arboles secos que me rodean se caen a pedazos, ya no me protegen como en el pasado
y dejan el paso libre para que cualquiera pueda dañarme.
Yo no puedo regarlos ni atenderlos porque seria inútil perder mis fuerzas ante el inevitable
destino del perecido vegetal.
Antes guardaba el canto de los pequeños pichones y ahora
se resquebrajan sus ramas sufrientes debilitándose.
Necesitare mañana su sombra tan fresca que hacia mis tardes mas sosegadas.
Quedara el espacio vacio sin esa presencia y el malvado monstruo hará
su pagana fogata con todos los restos que logro juntar . Yo lo acompañare a desgano,
pero me calentare con las brazas que su provechoso tronco nos logro dar.
La amistosa oscuridad se acomodara en la noche, pero no le temeré para nada,
ahora vagare en su esencia que me llevara a lo desconocido o no tanto, porque
ya es costumbre que las fogatas hagan cenizas de mi resentido ser.

Texto e imagen A Aguirre

jueves, 13 de enero de 2011

Fe, poesia veja + pintura nueva (Diablo en carnaval)




FE
La mano del diablo me acaricio insolentemente,me
hizo perder la razón,ataco mis sentidos y quise ser
feliz.
La mano de dios me acaricio débilmente,me produ-
jo rechazo,no conmovió nada en mi y soñe tristemen-
te.
¡DIOS!Nos estas matando.¡Te diste cuenta?



Texto y pintura A Aguirre

domingo, 9 de enero de 2011

Su triste juventud

ImageHost.org




Su triste juventud

Ella guarda en su juventud una triste vejez. Ella se dará cuenta de mi inútil
existencia y me olvidara.
Ella se dormirá cuando me acerco, cada vez que la quiero sentir.
¿No me doy cuenta que su ser tiene dueño o no quiero saberlo?
Escribo aquí sentado estas palabras que nadie leerá. Ah! soy tan patético como aburrido.
Mi almohada me llama a descansar para siempre y yo me hago rogar. Soy solo un pedazo de carne muriéndose. Cuando alguien me escuche será como un sonido molesto cual mosca que ronda en los desperdicios de la vida.
Ella es tan joven que duele. Soñare que la encuentro tomada de mi mano al final de mis días,
que ya no me olvida y besara mis labios resecos.
¿Cuando el espejo ya no refleje mi aliento, alguien llorara?
Nadie atesora las semillas estériles, nadie escupe el agua si hay sequia, nadie
acepta la compañía de la muerte.
Una lengua insensible no siente el sabor de los ojos ciegos.
Una planta sin ramas no puede abrazar la brisa de otoño.
Una sombra muere añejada a la luz del sol. Espera que la noche la salve, pero faltan demasiadas horas.
Me paso las madrugadas agonizando y en la salida del sol me oculto como una rata
acechada por un cruel predador.
Ya no rio, ya no lloro, ya no hablo sin tu cálida cercanía.

Texto A Aguirre

lunes, 3 de enero de 2011

Esos momentos




Esos momentos

Nadie llegara a inhalar los turbios vapores.
Nadie volverá a vigilar el temblor incesante de mi cuerpo.
Nadie sentirá jamás el salvajismo de los animales silvestres.
No disfrutaras nunca como atraviesan las flechas estériles en la carne fresca.
Las voces se callan, los oídos se cierran y las manos se alejan de lo imperfecto.
Los gritos inútiles, las miradas ciegas y los pies ya no se mueven ni un metro más.
Las casas viejas se desarman de a poco, los pozos huelen a podrido y los niños se volvieron ancianos.
Los muertos no quieren dormir, el invierno ya no es más frio y nuestras madres ya no dan cariño, nunca más, nunca.

A Aguirre