domingo, 14 de marzo de 2010

PERVERSION


Voy a dar el ultimo suspiro, hondo, desmedido.
Las hojas de los arboles comienzan a caer en este otoño tibio, solo porque a llegado su momento.
La noche se desvanece, simplemente porque llega a su fin.
El silencio de la madrugada es ruidoso, solitario, casi cruel. Tan cruel como ese dios perverso que parece masturbarse con el sufrimiento de su mundo amado y no siente culpa cuando castiga al más débil, al desprotegido por el mismo.
Cuando el tiempo flota como ahora, recuerdo mi inocencia y que me daba lo mismo matar o morir, soñar…
Ya me dijiste de tu desprecio, no hace falta dejarme ciego.
Las mariposas dejan caer sus alas sumisamente, como dejo mi cuerpo a merced del tiempo y el lo corroe, placenteramente, asfixia hasta el alma, apaga su luz lentamente, tan despacio que ni logro sentirlo.
Cada palabra se despedaza, se parte en mil fragmentos. Nunca podre juntarlos, nunca mas.


A Aguirre