jueves, 19 de abril de 2012

El sabor

Anomalías del ser híper desarrolladas.
Dejo mi espalda a merced de cualquiera, vamos es su tiempo…
Mi sordera es a propósito, no me dañes dulcemente,
ya no digo más nada…
La lengua ampollada, los labios color blanco, mordidas…
ya no digo más nada…
Tragarse los miedos, solo tragarlos sin masticar.
El sabor no da placer, hay un único deseo, el que llena mis agónicos días.
Los órganos no obedecen, están cansados, años de enfermedad.
Formas, colores blancos, insatisfacción desmedida.
Razones sin reacción, el alma desahuciada y la oscuridad ya no es mi amiga.
Intento suavizarme, llenar, sentirme mejor, solo veo refugios sin contención.
Belleza, egocentrismo del más fuerte, no me dañes.
No logro mantenerme recto si no me ayudas a dibujar la línea.
Mi refugio incendiado, hecho mil pedazos, tal vez fue gozoso destrozarlo.
Presas moribundas en silencio te dejan conforme, deberías darles todo lo que tienes.

A Aguirre

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