sábado, 14 de mayo de 2011

Una huella






Una huella

Despertando entre los pedazos de la vida.
Sonriendo ante el naufragio de un pobre velero.
Las caras pálidas del frio que pega horriblemente.
Una huella que se borra sin importarle a nadie.
Miro hacia el muro de los lamentos y solo veo eso.
Observo que el mundo se cae sobre ellos, los que sin
quejarse lo aceptan.
Una manos alejadas. Las mentes en aislamiento y el perro
que ladra desesperado.
Ofrezco mi cuerpo y nadie lo recibe.
El amor es un adorno para los perversos.

Introduzco mis dedos en una bolsa negra.
El olor me asquea, pero la curiosidad me mata.
Debería encontrarte algún día y decirte
todo. Estas hojas que intento juntar
del piso son mas dócil que tu alma ciega.
Hacerlas polvo es la metáfora de un desamor.

El silencio ya no me aturde. Las palabras
ya no me ayudan y los sentimientos
se van enterrando de a poco mientras
pasan los años.
Soy tan patético como un Dios cuando se descubre su codicia.

Imagen y texto A.Aguirre

1 comentario:

Ann dijo...

Este texto en particular me ha gustado mucho, no sólo por las imágenes que transmite sino por la naturalidad con la que esas imágenes se hacen presentes.

Un solo momento se dirige a alguien delimitado, pero es tan completo que basta para darle un giro, una vuelta.

Me alegró cruzarme con esas palabras. De un modo extraño.

Saludos.