Luchamos para no morir y después sufrir la eternidad del paraíso.
Las moscas que rodean todo, la nausea, el placer de no sentirla.
Somos pasado, somos muerte a cada instante, muerte eyaculando angustia.
Miramos lo desvanecido, las cenizas engendrando murciélagos, alimentando sus hijos con diademas negras. Sufren la eternidad del paraíso, por siempre, heridos ////////
A.A
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