miércoles, 10 de agosto de 2016
Carta a un hijo que nunca va nacer
Hijo mío:
Sé que nunca voy a poder verte. No sentiré tu miedo, tu tristeza. No podré decirte lo trágico de la vida. Ni la contradicción de que el amor duela más que el odio. La desolación que se siente cuando advertimos la naturaleza destructiva del universo. De cómo todo el tiempo intentamos evitar el sufrimiento y fracasamos. Fracasamos cuando damos una caricia y no satisface lo suficiente. Se va deformando en el aire, se amalgama con la ansiedad de no poder ser. La idea de que la felicidad debe hacerse presente, aunque las tripas se estén retorciendo. Hijo- por no nacer vas a salvarte de mi abandono, no vas a sentir mi olvido, mi desamor, mi desprecio. No voy a poder llenarte de cosas materiales, para ocupar el vacío que trae mi imposibilidad de poder cuidarte. La oscuridad de cargar con un alma hambrienta de cariño.
Nunca hagas caso a los consejos. Siempre van hablar de las bondades de cosas que ellos no harían. No sigas revoluciones, ni propagandistas de la magia. No hagas caso a la política, ni a la policía. Porque son lo mismo. No creas en la religión, en la cocaína. También son lo mismo. Usan tu libertad para cargarte de tinieblas. Te inoculan miedo y fantasmas negros con ansias de culparte.
Hijo mío- no vas a verme morir, y yo no voy a verte vivir. Me parece que estamos a mano
~~~~~~~ A.A
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