Un atardecer se desarma frente a mis ojos mientras dejas de hablarme
sorpresivamente. Los rumores fantasmales hacen que ya no tema los susurros
despiadados.
Es imposible abarcar el tendal de cuerpos que dejaste malheridos.
Es imposible no delirar confundido pidiendo que me olvides de una vez.
Los sueños se arrastran intentando liberarse de la inmensa realidad.
Los nombres no tienen sentido ahora, algún día ya no nos llamaremos de ninguna forma.
Unos grises velos te esconden pero no te cuben totalmente. Acechas para destrozar
un poco mas mi corazón.
Las sombras cubren un seco y acogedor desierto. Que nadie puede sortearlo. Nadie mas.
Texto e imagen A Aguirre
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